lunes, 15 de octubre de 2012

En el cable da vueltas una película con Demi Moore en la que ella es una artista visual que sufre las presiones de la mafia. Como jurado electa en una causa del Estado contra La Mafia, se ve obligada a convencer al resto de la inocencia de un asesino.
El hombre elegido para ser su sombra, primero aparece como un comprador de obra conectado al mundo de las galerías de Japón. Justo ayer me dijo Luciana que esto parece ser una imprecisión del guión, porque la idea de Japón como el principal mercado oriental de arte (que en la película le da verosimilitud a la historia del extorsionador) es una mentira. Parece que en realidad es en China donde crearon el gran mercado de arte contemporáneo de Oriente.
Lo fantástico es la obra de la protagonista: cajas de madera con una pequeña abertura en la que hay que meter la mano para reconocer distintas situaciones: la habitación de la infancia, una casa en un árbol, un cuarto y una pareja, un bar.
Me dijo Luciana que hay una minimalista que hace o hacia esto, pero es distinto porque en ese caso se trata de texturas. También dijo algo sobre minimalismo/machismo pero eso es otro tema.
Yo haría cajas así, pondria adentro centros culturales, marchas, escenas de reencuentros entre personas, conferencias de prensa, recitales, lecturas (podrían ir en las de los centros culturales), escenas de lectura privada, Leda y el Cisne, un camión haciendo la ruta 3 hasta Tierra del Fuego, un catamarán rumbo a la Antartida, un verano entero escribiendo cerca de algún rio.

Quiero escribir muchas ideas de cajas, pero me alcanza con quererlo, no necesito escribirlas, pensar las imágenes es más lindo que escribirlas. Por eso me cuesta tanto todo en la vida y en la literatura a veces.

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